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Estrategias para el dolor

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(Un artículo de una serie sobre opciones de tratamiento para los síntomas más importantes de SFC y fibromialgia. Otros artículos discuten los principios del tratamiento, la fatiga, dormir mal y problemas cognitivos.)


Por Bruce Campbell
Traducción al español por Cathy van Riel


El dolor suele ser el síntoma central en la fibromialgia y a menudo es un problema también para los pacientes con SFC.


Para las personas con FM, el dolor se suele notar por todo el cuerpo, aunque puede empezar en una zona y extenderse o moverse de una zona a otra. Puede ir acompañado de problemas neurológicos, como hormigueo y quemazón o entumecimiento en manos, brazos, pies, piernas o cara.

Para las personas con SFC, el dolor se puede experimentar en las articulaciones o, más habitualmente, como dolor corporal generalizado ("Me siento como si me hubiese atropellado un camión.")
 

Tratamientos para el dolor


Ya que el dolor puede tener variedad de causas, incluyendo demasiada actividad, falta de forma física, sueño no-restaurador, ansiedad y estrés, lo mejor es manejarlo con una variedad de estrategias que implican tanto medicación, como técnicas de automanejo.


Medicación

Las personas con FM y SFC que buscan alivio del dolor mediamente medicamentos suelen empezar con productos de venta libre, como aspirina y otros analgésicos que se pueden comprar sin prescripción.

Otros encuentran alivio con medicamentos de prescripción, como Ultram (Tramadol) y, en algunos casos, narcóticos. Algunos medicamentos de prescripción que mejoran el sueño también pueden tener un efecto beneficioso sobre el dolor. A menudo se prueba con antidepresivos, como Elavil (Amitriptilina), Prozac y Paxil.


En 2007 la FDA aprobó Lyrica (pregabalina) como el primer medicamento testado y constatado como útil para tratar la fibromialgia. Desde entonces se han aprobado otros dos medicamentos: Cymbalta (hidroclorido de duloxetina) y Savella (milnacipran HCl).


Es imposible predecir cuál de los tratamientos será exitoso y por esto suele ser preciso experimentar para encontrar los medicamentos útiles. Habitualmente los pacientes comienzan con dosis que son una pequeña fracción de os niveles normales.


Algunos pacientes experimentan dolor neuropático o de nervios, sensaciones de quemazón o choques eléctricos, que se suelen notar en manos y pies. Este tipo de dolor se suele tratar con antiepilépticos, como Neurontin.


Muchos pacientes con fibromialgia también experimentan Síndrome de Dolor Miofascial (SDM), enfermedad localizada en puntos gatillo o "trigger points" (sitios específicos en músculos o fascia), a menudo en el cuello o los hombros. Se puede tratar el SDM con medicación y con inyecciones de anestésicos locales en los puntos gatillo.
 

Ejercicio, postura y movimiento

El ejercicio es uno de los tratamientos más prescritos para la FM y puede ser útil para el SFC también. Un programa de ejercicios que se hace regularmente puede ayudar a reducir la rigidez, contrarrestar la falta de forma física y mejorar nuestro aspecto.

Un programa de estiramientos suaves puede ser útil, tanto para la FM, como para el SFC. Además de esto, las personas con FM suelen encontrar alivio para reducir su rigidez si hacen frecuentes pausas para estirarse.


Los pacientes con FM pueden reducir especialmente su dolor experimentando con su postura corporal y la manera de moverse. Prueba diferentes posturas para averiguar las que minimizan el dolor. Asimismo, fíjate cuánto tiempo puedes mantener una postura sin crear problemas. Muchos pacientes notan que estar mucho tiempo en una misma posición, aumenta la rigidez y intensifica el dolor; por esto moverse periódicamente puede ayudar a evitar el dolor.
 

Acompasamiento

Una frecuente causa de dolor es sobrepasarse o tener un nivel de actividades por encima de tus límites. Acompasar, que puede incluir algunas o todas siguientes estrategias, es un antídoto efectivo.

  • Reducir el nivel global de actividades
  • Marcarse prioridades
  • Tomarse descansos con un esquema
  • Tener periodos de actividades cortos
  • Alternar entre tareas de intensidad alta y baja
  • Utilizar las mejores horas del día para las actividades más demandantes
  • Delegar
  • Conocer tus límites mentales y sociales
  • Tener un diario para ver los vínculos entre las actividades y los síntomas

Para ver más sobre acompasamiento, ver el Capítulo 10 del texto de nuestro curso.
 

Relajación

Tener dolor a menudo desencadena tensión muscular y ansiedad y ambos pueden intensificar la experiencia del dolor. La tensión muscular es directamente dolorosa, pero la ansiedad contribuye de manera indirecta a la experiencia del dolor al incrementar el estrés y la sensación de desamparo. La relajación es un antídoto, tanto para la tensión, como para el estrés. Asimismo ofrece una distracción para el dolor.


Las actividades de relajación incluyen ejercicio, respiración concentrada ("mindful breathing"), baños y bañeras de hidromasaje, masaje, descanso y escuchar cintas. También puedes practicar de manera regular una forma de relajación o meditación formal. (Para más sobre relajación, incluidas instrucciones paso a paso sobre varios procedimientos de relajación, ver el Archivo de Manejo del estrés)
 

Calor, frío y masajes

Para aliviar temporalmente el dolor, se pueden utilizar el frío, el calor y los masajes. Para reducir el dolor que resulta de tensión muscular y la inactividad, se utiliza mejor el calor. El calor aumenta el flujo sanguíneo y así produce cierta relajación, reduciendo el dolor y la rigidez.

Para el dolor localizado, se pueden utilizar bolsas de calor. Para alivio general la gente a menudo utiliza baños calientes, bañeras de hidromasaje o un colchón de calor eléctrico.


Los tratamientos con frío disminuyen la inflamación reduciendo el flujo sanguíneo a cierta zona. También pueden entumecer las zonas que envían señales de dolor. Puedes emplear bolsitas de gel, de hielo o una bolsa con verduras congeladas. Tanto con el calor, como con el frío, no debes utilizar el tratamiento durante más de 15 o 20 minutos seguidos.


Masajear las zonas doloridas también puede proporcionar un alivio temporal del dolor. Lo mismo que el calor, el masaje incrementa el flujo sanguíneo y puede aliviar los espasmos.

Puedes utilizar tres diferentes formas de masaje: el automasaje con tus propias manos, el masaje con un artilugio que sujetas con las manos y el masaje profesional. Si recurres a un/una masajista, hay que pedirle de tener cuidado y de comprobar frecuentemente tu sensibilidad al dolor.
 

Tratar la depresión

La depresión, que es común en FM y SFC, intensifica el dolor. Las personas deprimidas tienen más bajo el umbral del dolor. Si nos sentimos más desamparados, nuestra experiencia del dolor será probablemente peor.

Las estrategias de autoayuda, a veces en combinación con medicamentos y asesoramiento psicológico ("counseling"), pueden ayudar a manejar los aspectos emocionales de la enfermedad crónica. Ver el Archivo de Emociones para ideas sobre tratar la depresión.
 

Pensamientos y actividades agradables (Distracción)

El experimentar dolor incesante puede causar que uno se preocupe por el dolor. La inmersión en pensamientos y actividades agradables puede disminuir los síntomas del dolor porque proporciona distracción. La imaginería puede ser especialmente útil, porque visualizas una escena agradable.

La imaginería será más efectiva, cuántos más sentidos implicas. Si quieres transportarte a una playa, procura ver la luz reverberante en el agua, siente el calor del sol en tu piel, escucha las olas rompiendo en la orilla y huele el olor de los perritos calientes.


Hacer actividades placenteras también pueden distraerte del dolor. Unos ejemplos son leer un libro, ver una película, escuchar o tocar música y disfrutar de la naturaleza.
 

Autodiálogo sano ("Healthy Self-Talk")

Los pensamientos pueden tener un enorme efecto sobre nuestro estado de ánimo y a su vez, en nuestras percepciones del dolor. Esto se puede volver un círculo vicioso. Un incremento de los síntomas puede desencadenar pensamientos negativos, como "No llego a ningún lado" "Nunca mejoraré" o "esto no tiene solución."

Semejantes pensamientos pueden luego hacernos sentir ansiosos, tristes, enfadados y desamparados, intensificando el dolor y desencadenando otro asalto de pensamientos negativos y más tensión muscular. Aprende a reconocer y a cambiar tus pensamientos negativos habitualmente negativos con un proceso de tres pasos descrito en el artículo Domar los pensamientos estresantes.
 

Mejorar el sueño

La falta de un buen sueño incrementa la fatiga, lo que a su vez intensifica la experiencia del dolor. Si tomamos medidas para mejorar el sueño también reduciremos el dolor. Tratar los problemas para dormir a menudo implica medicarse.

Las estrategias de automanejo para dormir mejor incluyen limitar las siestas diurnas, tener un dormitorio confortable y tranquilo, irse a la cama y levantarse a horarios fijos y evitar estimulantes, como la cafeína, el chocolate y el tabaco. (Para una discusión de medicamentos para dormir y estrategias de autoayuda, mirar el artículo Soluciones para dormir.)
 

Nota sobre el Bonus para el Manejo: Ya que los cuatro síntomas discutidos en esta serie comparten causas comunes (sobreactividad, estrés y emociones), el tratar estas causas mediante estrategias, como el acompasamiento, el manejo del estrés y de las emociones tiene un efecto multiplicador, porque las estrategias abordan múltiples síntomas.